Soy Annaïs y me presento
Publicado: 30 Sep 2018, 14:09
Hola.
Ante todo estoy muy agradecida por haber encontrado este haz de luz (foro especializado en SFC) en este gran desierto informático.
Soy española, vivi actualmente en Sevilla, tengo 45 años y diagnosticada con Síndrome de Fatiga Crónica en grado III desde el año 2009.
Mi caso y mis creencias del por qué mi cuerpo terminó desarrollando tan limitante enfermedad es porque creo que lo forcé siempre en exceso. Desde mi nacimiento vivo con secuelas de una parálisis cerebral infantil, cosa que me confirmaron en la clínica Cemtro en Madrid con 23 años, pues desde pequeña he estado erróneamente diagnosticada. Siempre estuve exenta de gimnasia en el cole y en el Instituto. Mi infancia fue muy feliz, pero siempre con visitas al traumatólogo y en constante rehabilitación. Mi lesión principal afecta a mi equilibrio, a la coordinación locomotora y a mi tobillo izquierdo. A veces lo he logrado disimular tan bien que la persona con la que he estado no sé ha dado ni cuenta, hasta que me veía cojear levemente.
Mi cerebro siempre ha ido a mil revoluciones por encima de mi cuerpo y me considero y creo que soy una persona inteligente. Estudié la licenciatura en Económicas y trabajé como tal durante 10/11 años.
Siempre le pedí a mi cuerpo más y lo llevaba a límites muy extremos: paseos interminables por el Retiro de Madrid, gimnasio, cargar con compra, metro para arriba y para abajo...
No me dí cuenta, hasta mucho tiempo después; pero comencé a fatigarme al limpiar mi parte del piso que compartía, ya no aguantaba nada los sábados en la noche, mis amigos decían que "me apagaba", no cogía el metro y comencé a ir en taxi al trabajo, ya no podía realizar aquellos paseos... comencé a sentirme "vieja, muy muy mayor".
Tras años de estudios, pruebas, descartes de enfermedades degenerativas terribles, más pruebas... llegó el diagnóstico, junto a una baja temporal, que se transformó en baja permanente y finalmente en una ratificación por parte del Tribunal médico de una Incapacidad Permanente. Proceso muy valorado por mi parte en el que decidí seguir adelante siempre, mi vida ya había cambiado.
Actualmente tengo una etapa de mucho agotamiento y me estoy encontrando con síntomas muy incapacitantes para mí que tengo que explicar a mí especialista a finales de octubre: me siento mareada, inestable, sudo a chorros por todas partes de mi cuerpo (Esto sólo me sucedía en la noche y en invierno, nunca en verano, ni a cualquier hora como ahora), no me calma la sed (puedo estar consumiendo unos 4/5 litros de agua al día), me paso el día haciendo pipí, no retengo información (A veces no siento que "esté", no me siento; es difícil explicarlo), tengo visión como borrosa, a veces como velada, me molesta muchísimo la luz, molestias en los oídos...
Como gané algo de peso, estoy prestando mucha más atención a mis comidas y como cada 3 horas, bajo supervisión médica. Quiero mirarme al espejo y volver a verme, a día de hoy no me reconozco; sólo veo a una persona cansada que sobrevive y que complica mucho la vida a su pareja.
Gracias por aceptarme en el grupo. Necesito sentirme más arropada y comprendida.
Ante todo estoy muy agradecida por haber encontrado este haz de luz (foro especializado en SFC) en este gran desierto informático.
Soy española, vivi actualmente en Sevilla, tengo 45 años y diagnosticada con Síndrome de Fatiga Crónica en grado III desde el año 2009.
Mi caso y mis creencias del por qué mi cuerpo terminó desarrollando tan limitante enfermedad es porque creo que lo forcé siempre en exceso. Desde mi nacimiento vivo con secuelas de una parálisis cerebral infantil, cosa que me confirmaron en la clínica Cemtro en Madrid con 23 años, pues desde pequeña he estado erróneamente diagnosticada. Siempre estuve exenta de gimnasia en el cole y en el Instituto. Mi infancia fue muy feliz, pero siempre con visitas al traumatólogo y en constante rehabilitación. Mi lesión principal afecta a mi equilibrio, a la coordinación locomotora y a mi tobillo izquierdo. A veces lo he logrado disimular tan bien que la persona con la que he estado no sé ha dado ni cuenta, hasta que me veía cojear levemente.
Mi cerebro siempre ha ido a mil revoluciones por encima de mi cuerpo y me considero y creo que soy una persona inteligente. Estudié la licenciatura en Económicas y trabajé como tal durante 10/11 años.
Siempre le pedí a mi cuerpo más y lo llevaba a límites muy extremos: paseos interminables por el Retiro de Madrid, gimnasio, cargar con compra, metro para arriba y para abajo...
No me dí cuenta, hasta mucho tiempo después; pero comencé a fatigarme al limpiar mi parte del piso que compartía, ya no aguantaba nada los sábados en la noche, mis amigos decían que "me apagaba", no cogía el metro y comencé a ir en taxi al trabajo, ya no podía realizar aquellos paseos... comencé a sentirme "vieja, muy muy mayor".
Tras años de estudios, pruebas, descartes de enfermedades degenerativas terribles, más pruebas... llegó el diagnóstico, junto a una baja temporal, que se transformó en baja permanente y finalmente en una ratificación por parte del Tribunal médico de una Incapacidad Permanente. Proceso muy valorado por mi parte en el que decidí seguir adelante siempre, mi vida ya había cambiado.
Actualmente tengo una etapa de mucho agotamiento y me estoy encontrando con síntomas muy incapacitantes para mí que tengo que explicar a mí especialista a finales de octubre: me siento mareada, inestable, sudo a chorros por todas partes de mi cuerpo (Esto sólo me sucedía en la noche y en invierno, nunca en verano, ni a cualquier hora como ahora), no me calma la sed (puedo estar consumiendo unos 4/5 litros de agua al día), me paso el día haciendo pipí, no retengo información (A veces no siento que "esté", no me siento; es difícil explicarlo), tengo visión como borrosa, a veces como velada, me molesta muchísimo la luz, molestias en los oídos...
Como gané algo de peso, estoy prestando mucha más atención a mis comidas y como cada 3 horas, bajo supervisión médica. Quiero mirarme al espejo y volver a verme, a día de hoy no me reconozco; sólo veo a una persona cansada que sobrevive y que complica mucho la vida a su pareja.
Gracias por aceptarme en el grupo. Necesito sentirme más arropada y comprendida.