@Serendipity, yo, después de las primeras evaluaciones, y como no apareció en analíticas nada significativo (ni tengo ningún hueso roto) tanto los especialistas del CAP de Balaguer como los de la mutua se desentendieron de mí. Además los tenía a bastante distancia, ya que vivía en Àger y nunca me permitieron cambiar una hora de cita. Acabé recibiendo el alta forzosa, y como en esos momentos no podía casi ni levantarme a ir al baño no me pude reincorporar al trabajo, ni siquiera negociar una solución temporal o alternativa, así que me despidieron sin derecho a nada. No pude cobrar la prestación por desempleo y aparte de ese quebranto económico, en lo personal me sentí humillado, porque me tomaba el trabajo como un compromiso, era muy responsable, y perdí todo ese reconocimiento.
Cuando bastante más adelante me recuperé un poco, gracias al soporte, casi abnegación, de una amiga (de no haber sido por su ayuda creo que no hubiera resistido, entre otras cosas, porque me quedaba literalmente en la calle, yo y todas mis pertenencias) ella me ayudó a buscar un médico privado. Decidimos probar en el Institut Ferran en Barcelona.
Fue ella quein me llevó de ida y vuelta las tres veces que fui a visita, ella corrió con los gastos de consulta y las tres pruebas que me aconsejaron hacer (el QESSI, una prueba de esfuerzo en la clínica CIMA que está al lado del IFR, y una evaluación neuropsicológica). Casi 1500 € que a mí me parecieron abusivos. Ella pagó también el importe del informe porque cuando lo recibí venía con factura y no lo esperaba, asumí que iba incluído con las visitas y resultados de pruebas, otros 200 € más, un atraco, considerando que no llenaba las dos caras de un folio.
Ya con un diagnóstico en papel, escrito y firmado por un médico que se supone autoridad en estos síndromes, según su evaluación, SFC-EM en grado severo y SQM en grado moderado más un síndrome ansioso-depresivo reactivo en grado leve, y con el informe en la mano, fue ella también la que se colgó del teléfono, y como por teléfono no le hicieron mucho caso, fue ella personalmente a incordiar al médico jefe de zona (yo ya no estaba en la de Balaguer, sino más al norte) hasta que consiguió que me derivaran a la (supuesta) "Unitat d'Atenció als SSC" del Hospital de Sta María en Lleida donde está el (supuesto) experto en SSC de Lleida, Lluís Rosselló Aubach.
Tiempo perdido, dinero despilfarrado, porque el doctor Rosselló, a pesar que en su currículum exhibe un pretencioso
Miembro del Comité Científico en Síndromes de Sensibilización Central del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya
sólo trata fibromialgia, (que en rigor es lo que corresponde a su especialidad, es reumatólogo), y lo único que hizo fue recomendarme "hacer marcha nórdica, comer ecológico y evitar químicos", y que quien tenía que verme y hacerme el seguimiento era el internista de mi CAP, que, oh sorpresa, resultó que tampoco sabía del SFC-EM más que lo que buscó en internet en el tiempo entre las dos visitas sucesivas que me programaron. A él le pedí que me ayudase a conseguir una evaluación en dos días como la que se hace en el (si no receurdo mal) Centro de Medicina del Deporte en St Cugat, y sólo conseguí que empezase a resoplar demostrando sin ningún disimulo que ya le estaba resultando muy pesado. Yo creo que notó en mi cara la mala leche que me estaba subiendo por el pecho, y supongo que para aplacarme me programó una triste prueba de esfuerzo cardíaco: andar 10 minutos por el pasillo del hospital con un aparato que mide las pulsaciones y la saturación de oxígeno. La prueba salió "perfecta como él esperaba" (lo remachó explícitamente) y con eso me dijo que él no podía ayudarme más y me despachó a psicología.
Como con la primera psicóloga en Balaguer ya tuve mala experiencia (y formulé una queja que nunca me respondieron ni dieron acuse de recibo siquiera) en cuanto vi, a la tercera consulta, que esta iba por el mismo camino, que si mi infancia había sido así o asá, que si recordaba haber sufrido malos tratos o abusos sexuales, que por qué no visitaba a mi familia (vivimos lejos, y no la visito por una razón muy comprensible dadas mis circunstancias, no porque me lleve mal con ellos) preferí atajar. Acabé un test de personalidad por no dejarlo a medias, pero ni me molesté en presentarme a consulta cuando estaba listo: me lo dejaron en mostrador y me avisaron que lo recogiera. Como esperaba, ni para limpiarme el culo con el papel sirve.
Y esa ha sido mi último contacto con los médicos y sus auxiliares en Cataluña.
Ahora estoy mejor gracias a un par de fármacos y sobre todo, gracias a la relativa tranquilidad de que de momento (y creo que mientras lo necesite), techo y comida no me van a faltar, pero respecto a posibilidades de ser atendido
com cal, ando más perdido que un pulpo en un garaje.
Me han aconsejado que pida cita con el otro de los dos hermanos Fernández Solá, que pasa consulta en Solsona, pero no me da confianza ninguna.
Y no sé de qué manera podría exigir que en el sistema público me atiendan como es debido. Exigir, porque las vías para hacerlo de forma "normal" evidentemente ya las he agotado.
He tratado de pedir ayuda para esto último a varias asociaciones catalanas y, o bien no contesta nunca nadie al teléfono, o bien contesta una persona que está tan enferma y perdida como yo, (y que casi te deja con ganas de suicidarte directamente al colgar el auricular), o contesta una señora mayor muy convencida de que la solución a todos los problemas es cumplimentar una queja en recepción tras cada consulta "insatisfactoria", y que invariablemente no sabe que una conversación la hacen dos personas, vamos, que habla ella y punto. Nunca me han dado ninguna información o recurso que sirva en lo práctico.
Hace tres semanas lo intenté de nuevo, por teléfono, con una de las asociaciones catalanas y la persona que me contestó hablaba con bastante conocimiento, me dio alguna esperanza bastante difusa, (pero al fin y al cabo algo más cálido que un mensaje tipo contestador), escuchó mis quejas a la atención recibida, me pidió un teléfono para que se pondrían en contacto conmigo en unos días... pero aún no he recibido esa llamada.
Como ves, la cosa está cruda en lo referente a profesionales, y desde luego, puede que yo me esté perdiendo algo, porque estoy tan mal como cualquiera, pero no parece que haya mucho a lo que poder echar mano.